Roles: la crítica

La prostitución
En la actualidad, la demanda masculina de sexo resulta un negocio muy lucrativo que
mantiene una tendencia creciente a nivel mundial
En la actualidad, la demanda masculina de sexo resulta un negocio muy lucrativo que
mantiene una tendencia creciente a nivel mundial
En la actualidad, la demanda masculina de sexo resulta un negocio muy lucrativo que
mantiene una tendencia creciente a nivel mundial
En la actualidad, la demanda masculina de sexo resulta un negocio muy lucrativo, que mantiene una tendencia creciente a nivel mundial, el 20% de los españoles reconoce haber recurrido a la prostitución en algún momento de su vida . Los hombres con esta práctica pueden ejercer su masculinidad y una relación de poder de la que solo ellos se benefician al utilizar el cuerpo de la mujer como una mercancía y un objeto de consumo a su disposición. Los hombres creen que por pagar por ellas tienen pleno derecho sobre sus cuerpos y esto lleva a que no tengan ninguna consideración con ellas.

La mayoría de la mujeres que se meten en la prostitución no lo hacen de forma voluntaria, sino que se ven en una situación de crisis económica o de procesos migratorios, y la salida más fácil y donde se gana más dinero rápido es en el negocio de la prostitución. Muchas otras son obligas a prostituirse por las mafias que se aprovechan de su vulnerabilidad y las engañan, la mayoría de estas mujeres proceden de países pobres y sin recursos.
En España la prostitución es alegal, es decir, que no está regulada ni prohibida, esta situación a propiciado que existan dos puntos de vistas muy diferentes, incluso dentro del movimiento feminista.Uno de los puntos de vista piensa que la prostitución es como un trabajo cualquiera y que debe ser regulada y tener los mismos derechos que otros trabajos. Cree que su mala fama acabaría si se legalizara la misma. La otra postura entiende que la prostitución es una forma de explotación y violencia, por tanto, se considera un atentado contra los derechos fundamentales y se reivindica su desaparición.
Hay personas que creen que defendiendo la legalización o la despenalización de la prostitución están dignificando y profesionalizando a la mujer que está en la prostitución. Pero ensalzar la prostitución como un trabajo no supone dignificar a la mujer, ya que simplemente ensalza la industria del sexo. La gente a menudo no se da cuenta de que la despenalización supone la despenalización de toda la industria del sexo, no sólo la de las mujeres.

Para que pudiéramos tener una prostitución legalizada, los recursos del estado deberían centrarse en eliminar a la mafias que violan los derechos y libertades de la mujeres y no decidir por nosotras. Además en vez de querer sacar a las mujeres desesperadas de la prostitución, que intenten evitar situaciones de desesperación y que dejen de culpar a las mujeres por prostituirse y culpen a los hombres que requieren de sus servicios para aprovecharse de ellas. 

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